martes, diciembre 09, 2008

Mito de la Resurreción Vegetal


Todas las culturas tienen historias, relatos, mitología y folclore. Y en todas ellas podemos encontrar, si hacemos una radiografía literaria general, ciertas historias y ciertos símbolos que se repiten a lo largo y a lo ancho del globo. Esto es porque todas las sociedades arcaicas se sorprendían de la complejidad del mundo, y todos buscaron darle alguna explicación a los fenómenos naturales.


Existe un fenómeno que es de gran belleza y que puede ser observado desde cada parte del planeta. No solo eso, sino que atraviesa a cada uno de los habitantes de la Tierra con su energía. Estoy hablando de la Luna. Las diferentes fases de la luna producen cambios muy fuertes en el planeta y en la gente. Puede hacer cambiar la gravedad, hace subir las mareas, y todo esto afecta la presión atmosférica. Estamos muy afectados por aquel hermoso astro que orbita alrededor nuestro hace millones de años.

En el Ciclo lunar, pasan tres días entre la luna nueva y el plenilunio (luna llena), osea desde el día que no hay luna hasta el día que hay una luna entera. Este fenómeno está relacionado con muchos hechos naturales, por ejemplo la marea y la menstruación femenina.

La Serpiente es el ser más recordado por todas las culturas, por ser la única que se puede colar por las ranuras y grietas más pequeñas para recorrer el mundo de la luz y el mundo de la oscuridad. La serpiente muda su piel, como otros reptiles, y tarda 3 días en hacerlo.

El Águila es uno de los animales sagrados para América central y Norteamérica. Es una de las aves más longevas que existe: llega a vivir un promedio de 70 años. Al igual que el hombre, a los 40 años, el águila se vuelve menos útil y tiene más dificultades para la caza, su pico se vuelve curvo y blando, sus garras están blandas y gastadas y su plumaje se hace pesado. El águila decide vivir o morir. Si decide vivir debe pasar una prueba dificilísima: vuela durante 150 días hasta encontrar una montaña, en alguna cueva, el ave comienza a golpear la piedra con su pico, hasta que se le quiebre. Espera entonces que se le cure, y sea un pico nuevo, y se arranca las uñas con éste, para que crezcan nuevas. Entonces, pasa 3 días arrancándose cada una de las viejas y pesadas plumas.

Estos eventos cíclicos, llenos de simbología y significado fueron inspiración para muchísimos hechos culturales míticos y bíblicos. En la Biblia, en el Nuevo Testamento, se nos dice que Jesucristo, el hijo de Dios, fue condenado a muerte, para que sufra por los pecados de la humanidad. Cristo fue crucificado. Tres días después de su muerte, volvió a la vida, para maravillar al mundo entero. Vale decir que la historia del Cristo en la cruz de madera, es una adaptación de una “historia pagana”: la historia mitológica de Odín que revive en forma de árbol, luego de tres días.

Los cristianos, en el Antiguo Testamento, y los judíos en el Tanaj, cuentan la historia de Jonás, el profeta que se negó a predicar la palabra de Dios. Éste hizo que una ballena, o un pez enorme, se lo tragara en su bote. Jonás pasó 3 días dentro del estómago de la bestia, orando. Cuando salió era un hombre nuevo, de fe renovada.

La relación entre la naturaleza y el hombre es muy fuerte en todas las culturas. Los ciclos naturales tienen que ver con la vida, la muerte y la resurrección. El Mito es representado siempre, en el Rito, una costumbre utilizada para llevar la historia mitológica a la vida real. El rito que podemos nombrar relacionado directamente a la resurrección vegetal es la costumbre del festejo de fin de año. El mundo muere a fin de año, y vuelve a comenzar, renace. Vuelve a comenzar el ciclo natural de las cosas.

Leo Frobenius fue un arqueólogo alemán del siglo XIX que dedicó muchos años a observar las sociedades que habitan cerca de los trópicos. Descubrió, así, que las culturas que creen más fervientemente en la resurrección son estas, ya que, gracias al clima cálido, tienen mayor contacto con la resurrección vegetal.

Dentro de la mitología griega, esta creencia está muy presente. Uno de los casos más recordados es el de Orfeo, el músico. Su amada Eurídice había muerto, y él atravesó los infiernos para hablar con el mismísimo Hades, el rey del submundo. La música de Orfeo logró conmover al dios, que le dijo que los dejaría ir juntos, siempre que él no se diera vuelta a verla hasta haber salido del infierno. En el último momento, Orfeo no soportó la tentación y se dio vuelta. Así perdió a su amada nuevamente. Orfeo se quedó parado en la puerta de los infiernos hasta morir. Cuando murió, su sangre fecundó la tierra y nació allí un brillante olivo.

También hay otra historia muy interesante de los griegos que tiene absoluta relación con esto, la historia de Cibeles y Atis. Ella era la madre de Zeus, la esposa de Cronos. También fue madre de Atis, según algunos mitólogos. Este es uno de esos mitos que tienen muchísimas versiones. Una de ellas dice que además de ser madre e hijo, eran amantes, y que un día Atis es provocado sexualmente por un hermafrodita. Para no caer en la tentación, Atis se castra debajo de un pino. Muere desangrado. Semanas después, por la gracia de Cibeles, crecen del suelo uñas y pelos donde estaba enterrado Atis.

Otra versión del mito dice que Atis engañó a Cibeles con Ia, y la primera lo castigó destruyéndolo, y que donde cayó su sangre, apareció un pino. Otra de las versiones dice que Atis estaba comprometido con Ia, pero en su noche de bodas aparecieron la diosa Cibeles y Agdistis, la hermafrodita (digo la, porque su falo fue cortado, y donde cayó nació un almendro). Atis para no tener que responder a los acosos de ambas, y ser fiel a su esposa se mutiló los genitales bajo un pino. Allí falleció desangrado, y horas después Ia lo descubrió y se suicidó también. De la sangre de ambos nacieron violetas que coronaron el pino. Esta versión fue claramente citada por Shakespeare en su obra Romeo y Julieta.

1 comentario:

Bla dijo...

Lamento decir que el mito de Jesús no es una adaptación; es plenamente una historia 'pagana'. Jesús es la viva imagen de un cultivo conocido.