jueves, mayo 14, 2009

Mitos Egipcios de la Creación del Universo


Los diferentes mitólogos se dedican a estudiar ciertos fenómenos mitológicos y les dan, cada uno de ellos, diferentes formas. Muchas veces, un reino, un país de la antigüedad, creía en diferentes cosas, o cambiaron sus creencias con los años, de esta manera es como una misma cultura puede tener varias creencias sobre un mismo hecho.

Éste es el caso de la mitología egipcia con respecto de la creación del universo. En diferentes partes de Egipto y en diferentes épocas hubo una creencia diferente sobre el relato cosmogónico. Podemos identificar tres creencias diferentes, lo interesante es que las tres mantienen la misma simbología, en esencia.

¿Porqué encontramos diferencias tan grandes en diferentes zonas de Egipto? Eso es sencillo de responder: al igual que todas las culturas arcaicas, en algún momento el hombre necesitó respuestas, y comenzó a tener relatos para justificar la existencia. Y para entender lo que los rodeaba. Por lo tanto, tomaron a los seres y fenómenos que más temían, ya que no los entendían; y les rindieron pleitesía, ya que debían respetarlos, pues eran superiores a ellos.

En cada ciudad egipcia se adoraba, más allá de todos, a un dios en especial. Cerca del Nilo se adoraba a un dios con cabeza de cocodrilo, alejado del agua, en las tierras desérticas donde solo estaban rodeados de arena y muerte, se adoraba a un dios con cabeza de chacal (perro del desierto). En otras ciudades se adoraba a Ra, el sol, en otras a Horus, el halcón que vuela por los aires y lo ve todo.

En la ciudad de Hieracómpolis existía una creencia egipcia muy antigua que cuenta que antes que existiera el universo, existía solo un inmenso océano. Vale decir que simbólicamente, el océano el caos. En los mitos de creación del universo siempre existe, antes que éste, el caos, porque es la potencialidad del todo. El océano es oscuro y húmedo como un vientre materno, allí la explicación de la relación simbólica del mar y el caos.

Ese océano llevaba el nombre de Nun. Desde las profundidades de Nun apareció un día una gran colina. Este punto lo llamaremos “el centro”. Horus, el dios halcón, se posó en la cima de esta colina, que es conocida, también como el quinto elemento, y partió, voló hacia todas las direcciones a la vez, creando así el universo. Dándole un orden. Hace las veces de orden masculino, que es lo necesario para que el caos femenino se convierta en el universo. Del caos al orden, y del centro al resto del mundo, así se crea, un espacio cuaternario.

En la ciudad de Heliópolis, probablemente una de las más famosas ciudades egipcias de todos los tiempos, existía otra creencia sobre el origen universal. Vale decir que Heliópolis es el nombre griego que llevaba la ciudad, en egipcio se llamaba Iunu, que significaba pilar. Heliópolis significa Ciudad del Sol. Probablemente ya se imaginarán quién es el protagonista del relato cosmogónico del que ningún habitante de esta ciudad dudaría jamás. Estoy hablando, obviamente del dios Ra.

Ra es el sol, el que provee de calor, y luz; y por lo tanto de vida a la Tierra. Es el dios mayor, indiscutidamente. La importancia de esta divinidad, y la importancia política de la ciudad que le rendía culto, hizo que a lo largo y a lo largo de Egipto se le atribuyera durante muchos cientos de años el título de creador del universo.

Lo curioso con la figura de Ra es que se lo relacionó con otros dioses a lo largo de los siglos. Por ejemplo con Amón, originalmente llamado Amen, que era la divinidad máxima de los Tebanos. Cuando Grecia comenzó a tener tratos con Egipto, ambas culturas se entrelazaron mediante la ciudad de Tebas. Ra se convirtió en Amón-Ra, y Tebas, para los griegos era el hogar de una sabia pero terrible esfinge (estatua egipcia mitad mujer y mitad león).

También se relacionó a Ra con Horus bajo el nombre de Ra-Horajty. Era representado en jeroglíficos y dibujos como un ser homínido con cabeza de halcón, como Horus, pero con un disco solar sobre la cabeza. Es curiosa la falta de identidad que tiene el dios más importante para toda una cultura.

El mito de la creación de la Heliópolis contaba que en el inmenso mar de Nun, había surgido de las profundidades una altísima pirámide. Y sobre ella el ojo de Ra se abrió e iluminó todo el universo, dándole forma y orden. Es curioso que el símbolo del ojo esté siempre relacionado con Horus, volviendo a la falta de identidad del dios Sol.

Como se habrán dado cuenta, Horus siempre fue un dios más importante que Ra, tanto religiosa como políticamente. Los Faraones eran considerados una extensión de Horus en la Tierra.

Quizás el caso más extraño sea el de Pteh, en la ciudad de Memphis. La teología memphita tenía una creencia de lo más avanzada sobre la creación del universo. Mircea Eliade realizó un estudio sobre la mitología donde expresa que existen 3 estadios en la evolución de la experiencia religiosa. El primero es el matriarcado, donde el principio femenino lo es todo. Segundo viene el patriarcado, donde la ley masculina representa todo (como en la mitología griega y egipcia). Por último aparece el principio del Salvador, el enviado que indica el reconcilio con lo instintivo y reprimido, como el amor y la libertad. Éste último estadio tiene que ver con el monoteísmo.

Los memphitas se adelantaron al resto de los egipcios, ya que fueron monoteístas. Incluso, su creencia es muy parecida a la que tienen las culturas judeo-cristianas sobre el comienzo del universo. Ya que Pteh, el dios único crea el mundo mediante la acción de su pensamiento y la pronunciación de la palabra. A su vez, en el antiguo testamento, Dios dice “que se haga la luz” y la luz se hizo.
Irónicamente, Pteh, en la lengua egipcia, significa tierra emergida. Como dije, están los mismos símbolos.
Como relata Sigmund Freud en su ensayo Moisés y la religión monoteísta, 1375 A.c. un joven faraón llamado Amenhotep tomó el poder en Memphis e impuso a todo Egipto esta creencia monoteísta. Poco después de su muerte, 17 años después, todo fue olvidado, hasta la llegada de Moisés y la liberación del pueblo Judío.
Vale aclarar que la figura de Atón, a la que se refiere Freud está absolutamente relacionada con Pteh.

viernes, mayo 08, 2009

Isis y Osiris


Los habitantes del Antiguo Egipto tenían creencias y rituales muy diferentes a los que tenemos en occidente actualmente. Esto todos lo sabemos, todos conocemos las historias sobre pirámides y oscuros ritos sobre disecciones mortuorias y dioses con cabezas de animales. Pero es mejor ponernos a pensar ¿Tan diferentes somos?

La respuesta es que no, todas las creencias religiosas y muchísimas costumbres que hoy en día son moneda común en Europa y América tienen mucho que ver con las que tenían los pueblos antiguos: egipcios, griegos o asirios. El hombre cambió muchas cosas con el correr de los años, como la tecnología y los métodos, pero sigue teniendo las mismas costumbres.

Los hombres se reúnen a orar en sus templos, los hombres se reúnen a divertirse con espectáculos y en plazas recreativas. Además todas las culturas, a su manera, tienen rituales mortuorios. Algunos queman a sus muertos, otros los entierran ¿Qué tiene de extraño que los egipcios momificaran a sus reyes y profetas? ¿Acaso Stalin no está embalsamado en una tumba de cristal bajo la plaza roja de Moscú?

¿Tan extraño es pensar que un Faraón sea la representación de Horus, el dios más poderoso, en la tierra, para gobernar entre los mortales? No lo es si pensamos que el Papa, el jefe del Estado del Vaticano, es llamado el hombre más cercano a Dios.

Si mantenemos estas cuestiones frescas en la mente podemos entender algo: el hombre necesita tener creencias, tener fe, tener algo de que aferrarse cuando no tenga ya más nada. Además, el hombre siempre querrá respuestas a sus preguntas. Si tenemos la seguridad de que existe una entidad suprior que en algún momento nos pueda responder, podemos vivir en paz. Todas esas son razones para la existencia de la religión.

Muchas historias de la Biblia cristiana son reescrituras y representaciones de escenas míticas y legendarias de culturas anteriores. Son conocimientos y recuerdos que acompañan al hombre hace muchos miles de años.

El ejemplo más claro de esta relación entre la Biblia y los relatos mitológicos egipcios es la relación y paralelo que se puede establecer entre la Virgen María, la madre de Cristo, e Isis, la esposa de Osiris. Estos dos dioses egipcios son los protagonistas de una de las historias más interesantes de toda esta cultura.

La Virgen María y la diosa Isis, ambas representan la maternidad, la devoción e innegable amor de una madre. Isis fue madre de Horus, el dios halcón, el dios que, según otros relatos, es el creador del universo. Es la representación de la procreación y la agricultura. Es el modelo a seguir de todas las mujeres. Isis, tuvo sacerdotes y cultistas por muchos lugares fuera de Egipto, incluyendo España e Inglaterra, además de Grecia y Roma. Esto explica cómo el personaje fue tan difundido con los siglos, y llegó hasta los romanos en la época de nacimiento de la nueva religión, que adoraba a un profeta judío, hijo de un carpintero.

Antes que todo esto ocurriera, antes que el mundo tomara forma, según los relatos egipcios, existían, sobre la tierra dos seres: Ra, el dios sol, y Nut, la diosa cielo. Ella fue la creadora de la tierra y las estrellas. Se dice que Nut, paría todas las mañanas a Ra, y a la noche lo engullía, para comenzar nuevamente el ciclo por la mañana. Nut fue sorprendida por su marido contemplando a Geb, el dios Tierra. Como castigo Ra le prohíbe parir. Ella, triste, acude a Tot, el dios de la sabiduría.

Tot concibe un juego de cartas para jugar con la diosa. Y le hace una apuesta: si él gana, ella debe entregarle los rayos del cielo. Finalmente, él gana, y con cada uno de los 5 rayos que Nut le cedió, Tot crea un día, para agregarlo al calendario. En cada uno de esos días nació un niño dios, todos hijos de la diosa.

Tot, el dios de la sabiduría, es además una deidad mortuoria, es el guardián del libro de los muertos. Es además quien está allí cuando las personas mueren, esperando para enjuiciarlas, y pesar su corazón en comparación con una pluma, para saber si merecen o no resucitar.

Uno de los hijos de Nut era Osiris, el dios faraón, el pueblo lo amó. También Isis, la diosa maternal, la guardiana de los conocimientos de la cosecha. También Set, Horus y Neftis.
Set, envidiando a Osiris por tener por esposa a Isis, invita a su hermano y a otros dioses a una fiesta en la que se regalará un sarcófago de plata (con el tamaño exacto de Osiris). El sarcófago se le regalará a quien entre perfecto en él.

Set arroja el sarcófago, con su hermano adentro, al río. Isis busca a su esposo por todo el mundo, vaga por todos lados sin sentido ni dirección. Lo que no sabe, al llegar a la ciudad de Biblos, es que iba a tener suerte. El rey de Biblos había visto como el sarcófago plateado chocaba contra un sicomoro (un árbol sagrado) que crecía hasta el cielo, y lo había recogido.

En la ciudad sagrada de Biblos se le confían los niños del rey para que sea su nodriza, al igual que a Démeter en la mitología griega cuando busca a su hija Perséphone. Cuando ella s revela como diosa, el rey devuelve el sarcófago, pero antes que Isis pueda tenerlo, Set aparece y descuartiza a Osiris en 14 partes. Cada una de ellas es arrojada a algún sitio de Egipto.

Nuevamente Isis debió emprender su búsqueda, que duró años, finalmente encontró 13 de las partes y volvió a ensamblarlo. La única parte que no pudo encontrar fue el falo, que había quedado perdido en las profundidades del Río Nilo. Ella igualmente logra resucitarlo, pero él ya no es el mismo y se convierte en un dios d la muerte y la resurrección.

El Mito de la Resurrección vegetal tiene mucho que ver con esta historia, ya que el dios muere y revive. Es muy curioso que en muchos de los mitos egipcios Isis tenga características muy similares a la de la Virgen María, pero que en este mito en especial sea Nut la que cumple ese papel. Nut, la madre de los dioses.

martes, mayo 05, 2009


Gran Fuga de Libros de Mayo


El próximo 25 de Mayo se va a realizar una nueva jornada del movimiento LIBROS LIBRES!

Están todos invitados, en ese día a tomar un libro que les haya gustado mucho, escribirle na dedicatoria en la primera página y dejarlo en un banco de plaza, una pizzeria, un bar, un subte, un colectivo, un tren, un remis, una cabina telefónica, un cajero automático…

En cualquier lugar que tu imaginación te permita

Todos tenemos un libro que realmente nos marcó en la vida… y puede cambiarle la vida a alguien más!

El 21 de Septiembre de 2007 se organizó el primer Libros Libres de Argentina, desde ese día se volvió a realizar en varias oportunidades, mucha gente encontró libros que leyó y amó tanto como sus dueños anteriores

Se recomienda que escribas en la primera hoja una dedicatoria donde aclares que el libro pertenece al movimiento "Libros Libres", que está para quien lo encuentre y así mismo debe volver a ser liberado luego de su lectura.
También se sugiere que escribas tu dirección de correo electrónico como único medio de reconocimiento "buscando con esto crear a futuro un extenso grupo de lectura comentada."

Les dejo a continuación la página oficial de Libros Libres Argentina, que nos dejó el legado a todos nosotros de seguir con la labor de liberar libros! http://www.librolibreargentina.com/

Y dejamos un agradecimiento a la organización mexicana Letras Voladoras, que fue la creadora de este movimiento.

RECUERDEN! LA PRÓXIMA GRAN FUGA DE LIBROS SERÁ EL 25 DE MAYO DE 2009