martes, junio 06, 2006


El Rey Midas

Sileno, un anciano casi ciego, nodriza de Dionisio, que tenía dotes de oráculo, pero que solo practicaba en el solemne estado de ebriedad, fue secuestrado por un egoísta rey de Frigia llamado Midas.

Dionisio quiso recuperar a su fiel amigo, pero el rey Midas, pecando de Hibris* lo enfrentó y pidiole que le concediera un deseo a cambio del viejo vidente.

Dionisio concediole asi el deseo del toque del oro. Todo lo que tocase se volvería oro puro.

Midas quiso probar su poder, tocó entonces la rama de un roble que se convirtió en oro. Luego levanto una piedra que se convirtió en oro. ´Tocó paredes, estatuas y mesas que se convirtió en oro.

Para celebrar pidió a sus esclavos y sirvientes que le prepararan un banquete. Agarro entonces una manzana para morderla pero se convirtió en oro. El vino se convertía en oro derretido al pasar por su garganta.

Comprendió entonces que su don era peligroso. Consternado intentó despojarse de su poder. De seguir así moriría por inanición.

Consternado buscó los brazos de su esposa que se convirtió en oro.
Rezó a gritos y rogó a Dionisio que sea misericordioso.

Dionisio le dijo que su unica salvación se encontraba en sumergirse en las aguas del río Pactolo.
El cause lo limpió de su don, y el río convirtió las arenas en oro.

Desde ese entonces Midas odio la riqueza y vivio en austeridad.





En cierta ocasión, Marcias, un sátiro de la corte de Dionisio, recogió la flauta que Atenea había arrojado. La flauta parecía irremediablemente arruinada, pero Marcias, el impecable luthier, logró arreglarla y arrancarle sonidos indescriptiblemente bellos, Atenea regaló entonces la flauta al sátiro.

Marcias clamó entonces ser el mejor músico existente, y pecó de Hibris* al decir que su música superaba la de Apolo inclusive.
Apolo, enfurecido, reto al sátiro a un duelo musical. Puso como jurado al coro de ninfas que lo seguían a todas partes y a uno de los hombres más sabios y sinceros, El Rey Midas.

Apolo no podía creer que realmente no lograba superar a Marcias. Y, enfurecido, propuso diversos tipos de competencias, sin embargo no logró demostrar su superioridad, ambos quedaban siempre empatados.

Hasta que a Apolo se le ocurrió la idéa maléfica de proponer un concurso de música Y canto. Él con su lira y su voz lograría vencer al sátiro. Pero éste le dijo que eso era trampa, pues no se puede tocar la flauta y cantar a la vez.
Por lo tanto el jurado debió decidir sobre lo escuchado con anterioridad. Las ninfas votaron por Apolo, con miedo a ser castigadas por el dios, de no hacerlo. Pero Midas votó por Marcias.

Apolo vio la superioridad de voto y destripó al sátiro y lo colgó de un árbol.

Pero se enojó con Midas por no reconocer su grandez divina y le muto sus orejas en orejas de burro, para Que Escuchara Mejor.


Midas vivió manteniendo en secreto su monstruosidad. Pero una tarde su peluquero descubrió la verdad. Midas le hizo jurar tragarse la verdad de por vida.

Pero años más tarde, el peluquero no soportó más el secreto, y haciendo un hueco en el suelo, gritó la verdad al fondo del pozo. Gea (la diosa Tierra) quizo castigar al peluquero por su traición, e hizo brotar del hueco un inmenso cañaveral, del que brotó como si fuera música saliendo de un órgano, miles de gritos repartiendo la verdad al pueblo entero.

El peluquero pagó con la muerte.




*Soverbia (el mayor pecado para los griegos arcáicos era creerse superior a los dioses)




Saludos


JUAN

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